Templo Catedral de Linares-Chile

Nuestra Catedral arquitectónicamente tiene una planta rectangular con un ábside en el  testero que remata en una  bóveda de cuarto de esfera donde se puso un mosaico de amplias proporciones. Este templo toma forma de cruz latina con 2 Capillas laterales, la del lado norte dedicada a San Clemente y la del sur dedicada a San José.  Construcción de estilo Románica de hormigón armado, con revestimiento de albañilería, enmaderación a la vista y techumbre de tejas. De alto valor patrimonial y difícil de reconstruir. Es una de las más hermosas joyas arquitectónicas contemporáneas edificadas en su estilo.

Es la Iglesia madre de todas las Parroquias, Capillas e Instituciones Católicas de la Diócesis. Se llama Catedral porque aquí está la Cátedra, o sea, el majestuoso Sillón desde donde el Obispo como Pastor preside las principales ceremonias litúrgicas.

Capilla Adoración Perpetua

Capilla San Clemente

Capilla san José

Construcción de estilo Románica de hormigón armado, con revestimiento de albañilería, enmaderación a la vista y techumbre de tejas. De alto valor patrimonial y difícil de reconstruir.

Es una de las más hermosas joyas arquitectónicas contemporáneas edificadas en su estilo, que hay en todo el Continente Americano, y quizás sólo en parte superada por la Iglesia de San Anselmo de Roma, levantada más o menos por el mismo tiempo.


Tiene la singularidad de unir los grandes avances que experimentó el arte de la construcción en el siglo XX, con la sobria belleza de las basílicas medievales, o todavía más antiguas, de la época romana.

De acuerdo a una venerable tradición esta bellísima Catedral, se alza como una majestuosa fortaleza adornada con acabadas filigranas de ladrillos mirando hacia el oriente desde donde nace el sol, frente a la Plaza de Armas de la ciudad; constituyéndose en un sólido exponente de la profunda fe cristiana que animó a los que la proyectaron, y a quienes más tarde han venido a realzar el limpio trazado de sus líneas, para que llegara a ser el símbolo más perfecto con que se identifica la apacible vida linarense.


Es la Iglesia madre de todas las Parroquias, Capillas e Instituciones Católicas de la Diócesis. Como tal es el centro de unidad de nuestra vida espiritual como familia diocesana que avanza día a día construyendo el Reino de Dios.

Se llama Catedral porque aquí está la Cátedra, o sea, el majestuoso Sillón desde donde nuestro Obispo como Pastor preside las principales ceremonias litúrgicas y entrega sus enseñanzas magisteriales en forma solemne.


Capilla de adoración eucarística

Custodia

Actualmente el Señor Sacramentado está expuesto todo el día en la “Capilla de Adoración” en una preciosa custodia semejante a la que existe en todas las catedrales del país, desde la celebración del último Congreso Eucarístico Nacional, convocado para el año 2018, con el lema “¿Qué haría Cristo en mi lugar?” 

Virgen del Carmen

Tabernáculo

Capilla de san clemente

Cristo Crucificado

La imagen de Cristo que está en la Capilla de San Clemente de la Iglesia Catedral de Linares tiene una historia más que centenaria: Fue encargada por el Párroco don Delfín del Valle, con autorización del Obispo de Concepción Monseñor Plácido Labarca Olivares para la antigua Iglesia parroquial, que en 1925 cuando se creó el Obispado de Linares pasó a tener el rango de Catedral.

Se hizo en un taller en París junto con las imágenes de la Santísima Virgen, del Apóstol San Juan y de Santa María Magdalena. Este monumental conjunto artístico de madera policromada se trajo a Linares en 1906, cuando ya el Sr. del Valle había fallecido. Llegó junto con la imagen de la Virgen del Carmen que también está en la capilla de San Clemente,  

Después del Concilio, por efecto de una interpretación hoy gracias a Dios superada, se retiraron todas las imágenes de la Catedral. La de este Cristo se salvó de un mayor deterioro, porque se llevó para ponerla en una capilla, entonces llamada “nueva” en el Instituto Linares, con la que se descartó una más modesta que había al ingreso del colegio en una casa de adobes “de estilo colonial” que existía donde hoy está parte del ingreso al gimnasio. La capilla nueva se improvisó en una sala de clases, ubicada en el primer piso del pabellón que mandó construir el Obispo Don Roberto Moreira y donde después estuvo por muchos años el laboratorio de química, que hizo famoso el Hermano Marianista Don Nicolás Lara. Como la sala era muy baja se optó por cortar la cruz del Cristo (que fue la barbaridad menos cuestionada) con lo que perdió el tramo superior donde iban las letras “INRI”.

Cuando en el nuevo edificio del Instituto se proyectó la capilla actual y los Hermanos encargaron a un artista las imágenes de Cristo y de la Virgen que tienen, después de unos 25 años de aquellos sucesos ya comentados, el Vicario General Monseñor Humberto Meza consiguió que los Marianistas devolvieran el Cristo a la Catedral y lo hizo poner donde está actualmente.

La feligresía redescubrió esta imagen que pertenecía al patrimonio religioso de Linares y empezó rápidamente a frecuentarla para confidenciarle con familiaridad sus más íntimos anhelos y propósitos.

Años más tarde con el artista Ricardo Morales, autor de varias de las imágenes que están en las naves laterales de la Catedral, conseguimos que le hiciera “las potencias” para disimular los cortes de la cruz ocasionados por quienes pusieron este Cristo en la capilla del Instituto Linares; y en un segundo momento, por fin se completó con el “INRI”.  



Virgen del Carmen

San Clemente

San Clemente Mártir Las reliquias del Mártir que se veneran en la Catedral de Linares se sabe que fueron rescatadas de las Catacumbas de Roma a fines del siglo XV o a comienzos del siglo XVI, y confiadas a la Confraternidad de los Santos Ángeles Custodios, que era una antigua Sociedad de Hombres Nobles de Roma, es distinto del Papa San Clemente Romano, cuya tumba se guarda en el subsuelo de una hermosa Basílica levantada cerca del Coliseo en la Ciudad Eterna.

En la actualidad diariamente es venerado por los fieles católicos que acuden a la Iglesia Catedral de San Ambrosio de Linares.

En 1934, el entonces Rector del Seminario Pontificio de Santiago, Don Juan Subercaseaux se las pidió al Papa Pío XI para traerlas a Chile. El Papa Pío XI, promovió a Monseñor Subercaseaux para la Diócesis de Linares, y como este Obispo se vio con el desafío de levantar la Catedral, (producto del terremoto de 1928 se debió demoler la antigua Catedral). Las sagradas reliquias llegaron al puerto de Valparaíso en el vapor “Orazio” en septiembre de 1936.

El 1 de enero de 1937 continuó el viaje a Linares, en un tren especial, siendo recibido en la ciudad en medio de las más grandes demostraciones de fe, que según las crónicas de la época, tuvieron carácter verdaderamente triunfal.

La inscripción en la parte superior del féretro donde descansa el mártir San Clemente está en latín y dice: HIC EST MARTYR QUI PRO CRISTO SANGUINEM FUDIT. Lo que en español se resume a: “Aquí hay un mártir que derramó su sangre por Cristo”.


Santa Rita de Casia

cripta

Cruz

Escalera

Virgen

San Miguel Arcángel

Nichos

Altar

Nave central

Pequeño resumen 

Mosaico

Capilla de San José

San José

Inmaculada del Maule

La imagen de la Virgen María está acompañada del niño Jesús, el cuál en proporciones es bastante desarrollado, independiente, en una de sus manos tiene granos de trigo, y ambos usan en sus pies las típicas sandalias u “ojotas” campesinas. Fue tallada entre los años 1986-1988 de una sola pieza de coigüe ( un tronco enorme de un metro veinte de diámetro), por el reconocido escultor local Carlos Moya Villalobos y fue encargada por el Obispo de la época Monseñor Carlos Camus que por mucho tiempo buscó tener una escultura en la Catedral que fuera de identidad latina.

Nuestra Señora del Maule, según su autor: ” tiene una fisonomía que es como verse una mujer campesina o una pobladora que le ha tocado trabajar mucho, entonces sus manos son robustas y de esta manera se identifica con ella y le sirve, luego, para encontrarse con sí misma. Viendo que la evangelización y el mensaje de salvación están en lo que hacemos cotidianamente, en nuestra cultura, ver al trabajo como presencia salvadora”.

Giulio Di Girólamo